Conectarse a Internet a través del enchufe será una realidad “en diez o quince años” (ya lo es segun la zona)

Aunque, reconoce, el premio último será “la rentabilidad” de su trabajo. “Estamos intentando campear el temporal de una situación bastante delicada desde el punto de vista financiero. Este tipo de reconocimientos van bien, pero desafortunadamente no dan dinero”, asegura al otro lado del hilo telefónico. Y eso que su compañía, con sede central en la localidad de Paterna (Valencia) y oficinas en China, EE UU o Taiwán, entre otros lugares del mundo, tiene “un índice de exportación superior al 95%” de su facturación.

Sin perforar la casa ni tirar cables

Los chips de DS2 se utilizan hoy en los países mencionados, pero también en Japón, en Reino Unido, Portugal, Rusia e, incluso, en “algunos países africanos”. Y son capaces de mandar “datos, voz y vídeo por las líneas de 100 y 220 voltios y por las de 25.000 y 50.000 voltios”. Esto hace posible “llevar una película o un partido de fútbol” desde el modem a la televisión sin “perforar tu casa y tirar cables”. “Es un gran progreso”, dice Blasco, consciente, no obstante, del largo camino que le queda por recorrer.

Actualmente, él y su empresa trabajan en “abaratamientos de coste” y en aumentar los 200 megabits por segundo de conexión que ofrece su tecnología hasta los 600, “siendo apta para varios canales de alta definición disponibles en cada enchufe”. Cree, asimismo, este inventor que en una década –o quince años-, aproximadamente, todos los españoles podríamos disfrutar de ella en nuestros hogares. De momento, medio millón de personas lo hacen con Imagenio, de Telefónica, y el doble con British Telecom (BT).

Móviles de medio kilo para “valientes”

Otras compañías que ofrecen esta tecnología son Telecom Portugal, Telecom Italia y American Electric Power (EE UU), entre otras. Hará falta una nueva generación de los aparatos que fabrica DS2 para su implantación progresiva, como ocurrió en su día con los móviles o la televisión. “Yo me acuerdo hace muchos años que los móviles eran algo que pesaba 10 kilos y que se instalaban en un coche para hablar desde él. Después, pasaron a pesar medio kilo y sólo la gente muy valiente los llevaba”, añade.