Facebook sigue creciendo y sale indemne del escándalo de Cambridge Analytica

La red social continúa sumando usuarios a pesar de haber vivido la mayor crisis de reputación de su historia y alcanza ya los 2.196 millones en todo el mundoh

Ni la proliferación de las ‘fake news’ ni la sombra de la manipulación rusa ha ahuyentado a los usuarios, que continúan utilizando la plataforma “como si nada hubiera pasado”

A pesar de las pérdidas en bolsa tras el estallido de la crisis y la reticencia inicial de los anunciantes, la compañía ha visto crecer sus ganancias un 63% durante el primer trimestre del año

todo el mundo.

Las últimas semanas no han sido fáciles en Menlo Park, sede del imperio Facebook, en el estado de California (Estados Unidos). Desde que el pasado 19 de marzo saltara a la luz pública -gracias a las publicaciones de varios medios de comunicación- que una aplicación había podido provocar la mayor brecha de seguridad de la historia de la red social, comprometiendo información personal de al menos 87 millones de usuarios en todo el mundo y llegando a influir determinantemente en el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016 o en el referéndum sobre el Brexit en Reino Unido, Mark Zuckerberg, su joven CEO y fundador, ha tenido que lidiar a duras penas con la mayor crisis de reputación de la compañía en sus escasos 14 años de historia.

Las consecuencias tras conocerse -y confirmarse- el problema de seguridad y la utilización ilícita de información sensible de millones de usuarios parecían devastadoras para la red social, que se hundió en bolsa, perdiendo hasta un 20% del valor de sus acciones en los primeros días tras el escándalo. Incluso antiguos directivos de la firma y personalidades influyentes de todos los sectores arremetieron contra su política de privacidad, instando a miles de usuarios a dar la espalda de una vez por todas y para siempre a la plataforma.

El movimiento #DeleteFacebook, que animaba a cualquiera a borrar su cuenta -personal o corporativa- en la red social fue trending topic en Twitter durante varios días seguidos, y el mundo entero fue testigo de cómo por primera vez en la historia un alto directivo de una compañía tecnológica se sentaba a testificar -con más o menos suerte- ante el Senado de Estados Unidos para dar explicaciones ante el escándalo mediático y social que se había generado.

Ahora que ha pasado poco más de un mes desde el advenimiento de la crisis es momento de, en frío, sacar conclusiones y valorar la trascendencia de los hechos. Es cierto que no se ha dejado de hablar del tema en estas semanas y que posiblemente la imagen de la compañía haya quedado seriamente dañada tras la utilización inadecuada de datos personales por parte de Cambridge Analytica, pero ésta sería, casi con total seguridad, la única consecuencia que reporta el suceso a la salud de la compañía.

Poco es, teniendo en cuenta además que la reputación de Facebook no era positiva para la gran mayoría de los usuarios, muchos de los cuales admiten que el uso de la plataforma no garantiza la privacidad de los datos que ellos mismos comparten. Los constantes cambios de algoritmo, que han provocado un acusado descenso del alcance orgánico de las publicaciones de empresas y medios de comunicación, que se ven poco menos que forzados a pagar para que sus contenidos sean visibles en la plataforma, tampoco estaban contribuyendo en los últimos meses a mejorar la maltrecha imagen de la compañía.

Se puede afirmar entonces que el escándalo de Cambridge Analytica ensucia quizá un poco más la imagen de la red social y la de su CEO, Mark Zuckerberg, pero poca consecuencia más tiene. Los medios de comunicación hemos pasado semanas hablando del asunto, pero a la gran mayoría de los más de dos mil doscientos millones de usuarios de la plataforma “ya se les ha olvidado”.

En un primer momento se echaron las manos a la cabeza, pero han continuado haciendo uso de la plataforma como hasta ahora. La mayor parte de ellos, los mismos que no leen las condiciones de uso que firman cuando abren su perfil, y pulsan “acepto” sin reparar en las cláusulas de ese contrato que están firmando con la compañía, y que tampoco reparan en lo que aceptan cuando instalan una aplicación de terceros (los clásicos juegos, encuestas y demás apps que pululan por Facebook), sigue utilizando la red social como hasta ahora, sin mayor preocupación y, por supuesto, sin pasar unos minutos configurando las opciones de privacidad de su perfil.

Los esfuerzos de Facebook por lograr que esto cambie han sido, hasta ahora, insuficientes. Ya lo dijo Zuckerberg ante el Senado: “Podíamos haber hecho más”. Tras el estallido de la crisis, la compañía ha tomado algunas medidas para intentar que los usuarios sean más conscientes de con quién se están compartiendo y de qué manera se están utilizando esos datos que ellos mismos de forma activa han decidido compartir con la plataforma. En realidad, nada ha cambiado en el modelo de negocio (“éste funciona, no vamos a modificarlo”, señaló Zuck en su comparecencia ante los senadores) simplemente se han realizado algunos esfuerzos por comunicar mejor las reglas del juego. Las que todo el mundo continúa aceptando sin prácticamente inmutarse.

Algunos de estos cambios, además, vienen motivados por la nueva legislación, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que entrará en vigor en la Unión Europea el próximo 25 de mayo. Facebook, como la práctica mayoría de las redes sociales, se ha visto obligado a cambiar sus Condiciones de Uso, aunque sólo afectarán las modificaciones a los ciudadanos de la Unión Europea. Es decir, no es que la empresa se esté preocupando por reforzar la seguridad de sus usuarios, sino que se ve forzada a cumplir una norma en un territorio. “En el resto de paises las nuevas medidas no serán efectivas”, han reconocido.

todo esto Facebook continúa creciendo. Según los datos que ha publicado la compañía recientemente, correspondientes al primer trimestre del año 2018, ha aumentado el número de usuarios de los 2.129 millones con los que cerró 2017 a 2.196 millones a final de marzo, momento en el que ya había explotado la crisis y en el que el movimiento #DeleteFacebook viralizaba por otras plataformas.

Además, el número de personas que utilizan diariamente la red social ha pasado de 1.401 millones a 1.449 millones durante los tres últimos meses. Facebook no sólo no ha acusado la crisis sino que continúa haciéndose más grande. Ni el escándalo de seguridad ni la proliferación de las fake news ni las manchas en su expediente consiguen hacer más débil al gigante tecnológico. A pesar de que a muchos les gustaría ver el imperio caer, Facebook ganó 4.990 millones de dólares en el primer trimestre de 2018, un 63% más que en el mismo periodo del año anterior. A Zuckerberg le siguen saliendo las cuentas. Y tanto.

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