Una asociación francesa se querella contra Apple por obsolescencia planificada de sus iPhones

El grupo estadounidense, que recientemente admitió haber disminuido voluntariamente sus antiguos modelos de iPhone, también es acusado de “engaño”.

Una asociación francesa ha entablado una demanda contra Apple por la “obsolescencia programada” de su iPhone, luego de que el gigante estadounidense admitiera recientemente haber disminuido voluntariamente las prestaciones de sus antiguos modelos de teléfonos inteligentes .

La denuncia, presentada este miércoles ante el fiscal de la República en París por la asociación Stop at the planned obsolescence (Hop), también apunta a la cabeza del “engaño”.

En su queja a la prensa, Hop cree que Apple, a través de las actualizaciones de iPhone, voluntariamente reduce el rendimiento y la vida, para acelerar el reemplazo.

“Apple ha puesto en marcha una estrategia global de obsolescencia programada para aumentar las ventas”, dice la asociación. Por lo tanto, considera que es probable que se persiga a Apple para todos los iPhone vendidos en Francia desde la promulgación de la ley del 17 de agosto de 2015, que introdujo el delito de obsolescencia previsto en la legislación francesa.

Una acción grupal contra Apple en los Estados Unidos

La semana pasada, el grupo estadounidense, que comercializa anualmente un nuevo modelo de su teléfono insignia, reveló que voluntariamente restringe el rendimiento del teléfono luego de un tiempo para “extender la vida útil” del mismo. . Una decisión que tomó debido al uso de baterías de iones de litio que tienen más dificultades para responder a las demandas significativas del usuario del teléfono a medida que envejecen. Confirmó, por primera vez, rumores sobre posibles ralentizaciones del iPhone, recurrentes durante años en la prensa especializada y en los numerosos sitios dedicados a Apple.

En los Estados Unidos, se lanzó una acción grupal la semana pasada contra la marca de la manzana por las mismas razones. En septiembre, Hop ya había entablado una demanda contra varios fabricantes de impresoras, incluidos HP, Canon, Brother y Epson, por las mismas razones. Fue entonces la primera queja en Francia contra el crimen de obsolescencia programada.

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