Hackers usan la webcam del ordenador para espiar a las mujeres en la intimidad del hogar

to de mira a unas víctimas muy codiciadas: las mujeres, especialmente si son jóvenes. El objetivo es infectar con virus el máximo número de ordenadores con webcam, conseguir controlar el equipo, y activar la cámara para poder ver o grabar imágenes de féminas en la intimidad de sus casas. El método de infección más empleado consiste en enviar mensajes de correo electrónico con enlaces a supuestas fotografías, canciones, consejos de belleza e incluso noticias sobre famosos. Si, vencida por la curiosidad, la víctima pulsa en el enlace acabará descargándose malware en su ordenador, sin darse cuenta. Ese malware es una herramienta de administración remota, que facilita la toma del control del equipo al pirata de turno.

El hacker puede, en cualquier momento, acceder a distancia a todos los ficheros almacenados en el sistema, incluyendo fotos y vídeos privados e información personal y bancaria. Pero, además, como ostenta el control total de la máquina, puede encender la webcam siempre que quiera, sin que la víctima se percate. Es lo que en el argot se llama “ratting”, derivado del término inglés RAT (Remote Access Trojan) o troyano de acceso remoto. Y las mujeres que sufren la vigilancia reciben el calificativo “esclavas”. Es una técnica que no sólo utilizan los mirones, sino también otro tipo de ciberdelincuentes. En realidad es un negocio. Un reportaje de investigación de la BBC Radio 5 así lo demuestra.

 

Las imágenes grabadas de forma subrepticia con la webcam se pueden vender al mejor postor. No es de extrañar que sean tan codiciadas, porque muchas de las víctimas colocan el ordenador con la webcam en la intimidad de su propia habitación. Las imágenes de menores son muy demandas por los pedófilos, que incluso llegan a usarlas para engañar a los niños haciéndose pasar por amigos de la misma edad. También existe un negocio activo de venta de fotografías de “esclavas”.  Otro modo de rentabilizarlo es alquilando, a cambio de unos euros, el visionado en directo de las mujeres durante un periodo de tiempo. Usando esa técnica del ratting, un solo hacker puede lograr infectar cientos e incluso miles de ordenadores. El reportaje narra el caso de una joven británica de 20 años que solía utilizar su portátil en el cuarto de baño para ver películas en DVD cuando un buen día se dio cuenta de que la webcam giraba para enfocarla.

El pirata no sólo puede controlar la cámara y grabar vídeos, sino también realizar otras operaciones como realizar capturas de pantalla, borrar o alterar ficheros, e instalar spyware para vigilar a la víctima. Para evitar el ratting, los expertos en seguridad recomiendan proteger el ordenador con un antivirus que esté al día, y mantener el sistema actualizado con las versiones más recientes del software. Si la webcam es externa, conviene desconectarla físicamente de la máquina. Si está integrada, se puede tapar el objetivo con un trozo de papel y cinta adhesiva. De todos modos tampoco viene mal prestar atención cuando se enciende la lucecita verde de la webcam, que indica que está activada.

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