Acoso y engaño: un problema más grave de lo que se cree
En opinión del experto en seguridad de McAfee Robert Siciliano, la tecnología ha contribuido a echar más leña al fuego en dos actividades reconocidas entre los adolescentes: el acoso y el engaño.
El verdadero propósito de la “juventud” es crecer y aprender. Es la etapa de absorción de información a raudales, para que finalmente puedan desarrollarse, alcanzar sus objetivos y avanzar. Sin embargo, la presión de crecer y avanzar en las etapas de la vida frecuentemente conduce a comportamientos y acciones no deseados que acarrean importantes consecuencias negativas. Además, el hecho de que hoy en día todos estén en línea no hace más que agravar estas consecuencias.
La tecnología ha contribuido a echar más leña al fuego en dos actividades reconocidas entre los adolescentes: el acoso y el engaño. El acoso se ha trasladado desde los patios de juegos a la Web, y las intrigas se han convertido en una dimensión completamente nueva que poco tiene que ver con anotar información en el brazo.
Según el estudio de McAfee del año 2013 Engaño digital: análisis sobre la desconexión entre padres e hijos, los niños están siendo testigos del aumento del acoso en línea y los padres no tienen plena conciencia del problema. Además, los niños encuentran continuamente nuevas maneras de usar las tecnologías para engañar, mientras que solo la mitad de los padres de niños que lo hacen lo sospecha.
Acoso cibernético
Los medios sociales no son solo diversión y juegos: de los jóvenes entre 10 y 23 años encuestados, un 89% señaló haber presenciado comportamientos crueles en Facebook y un 40% en Twitter. Los niños no superan el acoso: un 17% de los niños entre 10 y 12 años dicen haber sido testigos de comportamientos crueles dirigidos a compañeros de clase o amigos en línea, pero esa cifra se dispara a un 34% en el caso de los adultos jóvenes entre 18 y 23 años.
Los padres no conocen el alcance real del problema: solo un 9% de los padres creen que su hijo o hijos han presenciado comportamientos crueles en línea; lo que es peor, solo un 6% cree que su hijo o hija ha sido blanco del acoso cibernético, cuando en realidad un 13% de los jóvenes declaran haber sido víctimas en línea.
La presión de los compañeros se propaga a la internet: un 4% de los jóvenes declararon haber sido presionados para acosar a alguien en línea.
El engaño
Es un problema más grave de lo que se cree: más del 50% de los niños encuestados entre 13 y 23 años reconoció que buscó en línea la respuesta a una prueba o tarea; solo el 17% de los padres creen que su hijo lo ha hecho. Los teléfonos inteligentes nos están volviendo más ingenuos: mientras que solo el 10% de los niños entre 10 y 12 años usa un teléfono celular, este porcentaje se duplica en los datos demográficos de los jóvenes entre 18 y 23 años.
Internet le enseña a los niños cosas que uno no quiere que aprendan: solo un 2% de los padres creen que su hijo ha hecho trampa en una prueba empleando técnicas que encuentran en línea, cuando en realidad más de uno de cada diez jóvenes encuestados reconoció que lo hace.
Crecer es difícil: más de un cuarto de los adultos jóvenes entre 18 y 23 años ha hecho trampa con la ayuda de la tecnología, comparado con un 14% en el caso de los niños entre 10 y 12 años.
Entonces, ¿qué podemos hacer como padres para cambiar estos comportamientos negativos? Debemos mantenernos informados. Como sus hijos crecieron en un mundo en línea, es probable que tengan mucha más destreza con las tecnologías que usted, pero no puede darse por vencido. Debe superarse para lograr familiarizarse con las complejidades del universo juvenil en línea y mantenerse informado sobre los diferentes dispositivos que utilizan sus hijos para conectarse a la red.
•Asegúrese de hablar con sus hijos sobre la seguridad en internet y sobre qué comportamientos son apropiados en línea y cuál no lo son.
•Establezca pautas claras en las que todos concuerden, como el tiempo que se pasa en línea y qué tipo de contenidos se pueden publicar.
•Enseñe a sus hijos a reconocer el acoso cibernético y aliéntelos a que hablen con usted sobre el tema.
•Infórmese de lo que están haciendo sus hijos con sus dispositivos móviles mientras están en la escuela y fuera de ella. Podría sorprenderse si supiera la cantidad de tiempo que pasan en ellos.
Considere usar herramientas para mantener a sus hijos protegidos en línea y para respetar las reglas sobre internet de la familia. Software de control parental permite proteger a sus hijos de sitios inadecuados y a mantenerse informado sobre sus actividades en línea.
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