OTAN: respuesta ante un ciberataque

Estonia es uno de los países más digitalizados el mundo. En 2007 sufrió un ataque cibernético que dejó paralizados durante días sitios web institucionales y de empresas.

“A menudo se ha considerado como una guerra cibernética contra Estonia, pero ahora nos hemos dado cuenta que es una forma de vandalismo cibernético . Los ordenadores y las redes pueden ser bastante útiles pero se pueden utilizar también como armas”, dice Andreus Padar, comandante de la Unidad de Ciberdefensa.

El jefe del equipo de Respuestas a Emergencias Cibernéticas nos comenta que los antivirus o cualquier otra protección no funcionan si hay un ciberataque a gran escala. ¿Y, entonces, cómo se puede defender un país si hay una amenaza?.

“Lo más importante es tener amigos tanto dentro del país como fuera. Nunca se sabe quién va a apoyar decisiones políticas a través de un ciberataque”, declara Tarmo Randel.

Algunos especialistas dicen que los ataques a los sistemas de defensa de la OTAN están aumentando y cada vez son más sofisticados. Y lo peor es que si los equipos no funcionan, si no llega una notificación importante, por ejemplo, se puede poner en peligro la vida de las tropas.

“La disuasión es importante. Hemos dicho, por ejemplo, que el artículo 5 del mecanismo de defensa colectivo de la OTAN se podría aplicar incluso en un ataque cibernético si ese ataque llega a cierto nivel “, explica Jamie Shea, subsecretario general adjunto de la División de Riesgos de Seguridad Emergentes de la OTAN.

La OTAN detecta unos 147 millones de movimientos sospechosos al día, que van desde la piratería, intentar implantar un software malicioso o el bombardeo de datos que hace que los equipos se colapsen.

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