WikiLeaks flotante, probablemente en aguas del principado de Sealand (51°53’40″N, 1°28’57″E)

Principado se Sealand – Foto de tecnohype.com

El recurso de Internet WikiLeaks, escandalosamente conocido, quiere esconderse de las persecuciones de las autoridades estadounidenses en un barco, en aguas neutrales.

Sus servers desde los que el recurso seguirá desenmascarando apolíticos y grandes compañías, pueden instalarse en el Principado de Sealand situado en el Mar del Norte, cerca de las costas de gran Bretaña. La idea no es nada nueva: Al mar trataban de salir ya recursos “piratas” de internet y laboratorios de clonación de personas.

El lugar escogido es muy curioso. El micro-estado de Sealand, situado en la vieja plataforma de artillería antiaérea de tiempos de la II Guerra Mundial, fue creado en 1967 por el mayor británico Roy Bates. En este país no reconocido por nadie la libertad de Internet es tratada con cuidado religioso: allí se permite todo, menos el spam, ataques de hackers y pornografía infantil. “WikiLeaks no es original. Muchas compañías IT soñaban con instalar allí sus servers para evitar limitaciones legislativas y otras”, − dijo a nuestra radio Bogdan Vovchenko, secretario de prensa de la compañía Group IB que se ocupa de la investigación de delitos cibernéticos.

− Dicha idea en el mundo de tecnologías informáticas no es nueva. En su tiempo la compañía sueca The Pirate Bay, que poseía una red de intercambio de files, se hizo célebre porque soñaba esconderse en el territorio de un Estado independiente de propietarios de derechos de autor. Como lugar de su refugio se señalaba el Principado de Sealand. Esto fue calificado de cierto método de propaganda. La ubicación de servers de WikiLeaks en un barco es igualmente un método para atraer la atención.

WikiLeaks sigue el camino de los buenos doctores Severino Antinori y Panayiotis Michael Zavos, que abogan por la idea de crear laboratorios flotantes de clonación de humanos. Bogdan Vovchenko continúa:

− Tales historias se observan no solo en el mundo de tecnologías informáticas. Es sabido que había ideas de científicos, a mi entender, no muy sanos, de crear barcos para clonar personas en aguas internacionales. Había casinos flotantes. No podemos menos de recordar los barcos para practicar abortos que se acercaban a la costa de estados en que están prohibidos los abortos para llevar a las mujeres a alta mar y practicar allí la correspondiente operación.

Si WikiLeaks quiere alejarse de los problemas legales, no podrá hacerlo en cuanto a los problemas técnicos. Porque es problemático garantizar una buena refrigeración de potentes servers a bordo de un barco más pequeño que un crucero transatlántico (si navega y no está anclado cerca del Principado de Sealand). Es difícil tambien organizar un veloz canal de Internet sin poseer su propio puesto de intercambio de tráfico. De suerte que la historia de la “libre navegación” se realizará antes bien en cintas de agencias noticiosas y en editoriales de periódicos mundiales.

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