Los días de Assange en Estocolmo, paso a paso

 Documentos policiales a los que ha tenido acceso ‘The Guardian’ aportan los detalles de las supuestas violaciones y abusos de los que se le acusa al fundador de Wikileaks

Viernes 13 de agosto

Según los registros policiales, una de las mujeres -identificada como señorita A- relató en su declaración que la noche del 13 de agosto Julian Assange comenzó a “acariciarle la pierna en su apartamento, mientras bebían té” y que acto seguido le quitó la ropa y le rompió un collar.

Según expresó, ella “trató de ponerse de nuevo algunas de las prendas”, ya que la situación le pareció “incómoda”, pero Assange se “las arrancó de nuevo”. Ella “no quería ir más allá”, continua, “pero ya era demasiado tarde”, y finalmente permitió que la desvistiera. La señorita A, prosigue, se dio cuenta de que Assange estaba tratando de mantener relaciones sexuales sin protección y “en repetidas ocasiones” intentó conseguir un preservativo. Él la “agarró de los brazos y las piernas”. Posteriomente él “aceptó utilizar un condón”, pero, explica, en algún momento “le hizo algo”.

Cuando Assange fue interrogado por la policía, reconoció que había tenido relaciones sexuales con la señorita A, pero insistió en que no intentó romper el condón, y que él no era consciente de que se había roto. Añadió que tanto esa noche como la semana siguiente ambos durmieron juntos y que ella nunca mencionó nada sobre un condón roto.

Sábado 14 de agosto

A la mañana siguiente, sábado 14 de agosto, Assange habló en un seminario organizado por la señorita A. Una segunda mujer, señorita W, se había puesto en contacto con ella para preguntar si podía asistir y, durante el almuerzo, ambas se unieron a Assange. Después de almorzar, relata la señorita W, ambos visitaron el lugar de trabajo de ella y después se fueron al cine. Se sentaron en la última fila. Él, cuenta “la besó y deslizó sus manos bajo su ropa”.

Por la noche, la señorita A celebró una fiesta en su apartamento. Una de sus amigas, Mónica, afirmó posteriormente a la policía que, durante la fiesta, la señorita A le había hablado acerca del condón roto y las relaciones sexuales sin protección. Otro amigo declaró a la policía que esa noche la señorita A le contó que había tenido con Assange “la peor relación sexual de su vida”, y añadió: “No sólo fue el peor polvo del mundo, sino que además fue violento.”

Domingo 15 de agosto

Mónica declaró después a la policía que aquel domingo 15 de agosto la señorita A le confesó que pensaba que Assange había roto el condón a propósito. También le explicó que, aunque él continuaba en su piso, no tendrían sexo porque él “había excedido los límites de lo que ella sentía que podía aceptar”.

Al día siguiente, la señorita W telefoneó a Assange dispuesta a reunirse con él por la noche y, de acuerdo con su declaración, ambos fueron a su apartamento en Enkoping, cerca de Estocolmo. La señorita W declaró que comenzaron a tener relaciones sexuales, pero que ella le detuvo porque Assange no quería usar preservativo. Ante ello, afirmó, él perdió el interés y se quedó dormido. Sin embargo, durante la noche los dos se despertaron y, dado que en ese momento sí que accedió a utilizarlo, tuvieron relaciones sexuales “al menos una vez”.

Lunes 16 de agosto

A la mañana siguiente, la señorita W fue a comprar el desayuno con la intención de volver a la cama y quedarse dormida al lado de Assange. Pero cuando regresó, cuenta, Assange estaba despierto e intentó mantener relaciones con ella. De nuevo sin protección. “Espero que no tengas sida”, dice que le dijo, a lo que él respondió: “Por supuesto que no”.

Según recogen los registros policiales, la señorita W explicó en la comisaría que ella tomó la iniciativa para conocer a Assange, que voluntariamente mantuvo relaciones sexuales con él en el cine, que le llevó hasta su casa y que allí, de nuevo voluntariamente, tuvieron sexo consentido. Nunca le dijo a Assange que no quería tener relaciones con él y, lejos de afirmar haber sido violada, lo único que afirmó es que todo ocurrió cuando ella estaba “medio dormida”.

Según el ex novio de la señorita W, con el que se puso en contacto la policía, en dos años y medio la pareja nunca había mantenido relaciones sexuales sin protección porque esto era “impensable” para ella.

Martes 17 de agosto

Según explicó en el interrogatorio, la señorita W, acudió a una farmacia a comprar una píldora del día después y también al hospital a hacerse una prueba que descartara su temor de haber contraído alguna enfermedad de transmisión sexual. Asimismo, explicó, se puso en contacto con Assange para pedirle que él también se hiciese la prueba, a lo que él alegó que “no tenía tiempo”.

Miércoles 18 de agosto

El miércoles 18 de agosto, de acuerdo a los registros, la señorita A le dijo al coordinador de Wikileaks en Suecia, identificado en los documentos como Harold, que Assange seguía en su piso y dormía en su cama, aunque no tenían relaciones sexuales y él pasaba la mayor parte de la noche sentado con su ordenador. Harold le dijo a la policía que preguntó a Assange por qué se negaba a dejar el piso, a lo que él, muy sorprendido, respondió que porque la señorita A no le había invitado a marcharse. Señorita A afirmó que esa noche del miércoles Assange la pasó en un colchón y que, obstinado en tener sexo, “desnudo de cintura para abajo”, llegó a frotarse contra ella.

Jueves 19 de agosto

Al día siguiente, declaró Harold a la policía, la señorita A le llamó y, tras escuchar todas las quejas que esgrimía sobre Assange, decidió enfrentarlo. Él, explicó, se mostró “completamente sorprendido” y negó todas las acusaciones vertidas por la señorita A.

Viernes 20 de agosto

El viernes 20 de agosto, la señorita W le envió un mensaje de texto a la señorita A para que le ayudara a encontrar a Assange. Las dos se reunieron y hablaron de sus respectivas experiencias con el fundador de Wikileaks. Después, la señorita A, explicó Harold, telefoneó varias veces a Assange para intentar persuadirle de que se hiciera las pruebas médicas que lograran tranquilizar a la señorita W. Assange se negó. Si no se las hacía, la señorita W iría a la policía, le advirtió ella. Por primera vez, según el testimonio de Assange, ésta le habló con claridad y le dijo que él le “había roto el condón”.

A última hora de la tarde del viernes, dijo Harold dijo a la policía, Assange accedió a realizarse una prueba, pero las clínicas se encontrarían cerradas durante el fin de semana. La señorita A llamó a Harold para contarle que ella y la señorita W habían ido a la policía.

Esa noche, la historia se filtró al diario sueco Expressen .

Sábado 21 de agosto

La mañana del sábado 21 de agosto, los periodistas buscaban a Assange para recoger alguna declaración sobre lo publicado. A las 9.15, escribió éste en su Twitter : “Estábamos advertidos de que nos esperarían ‘sucios trucos’. Aquí está el primero.” Al día siguiente, twiteó: “Recordad: la inteligencia de EE UU ya planeaba destruir Wikileaks allá por 2008.”

Un redactor del tabloide sueco Aftonbladet le preguntó si había tenido relaciones sexuales con las dos mujeres que le acusaban. Él respondió: “Sus identidades son anónimas, por lo que no tengo idea de quiénes son.” Y agregó: “Se nos había advertido de que el Pentágono, por ejemplo, pensaba en desplegar trucos sucios.”
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